Un burro, cansado del duro trabajo y la escasa comida que le proporciona su primer amo, un jardinero, pide a Zeus que lo cambie de dueño. Zeus lo envía con un alfarero, pero allí el trabajo es aún más pesado. El burro vuelve a rogar a Zeus, quien esta vez lo coloca con un curtidor. Al ver que el curtidor trabaja con pieles de animales, el burro se lamenta, comprendiendo que su destino final será aún peor que antes.